Confianza

«Si la confianza del corazón estuviera al principio de todo…si ella precediera toda acción, pequeña o grande…tú irías lejos, muy lejos.»

La frase que precede es del Hno. Roger de Taizé (www.taize.fr). Con él aprendí a caminar basado en la confianza del corazón. Lejos de lo que nos cuentan, la confianza no es ingenua. No puede serlo. La confianza es algo vivo, generoso, pero no tonto. Confiamos porque somos seres en relación. No nos queda otra. Y somos más felices cuando de primeras nos abrimos al otro. Andar todo el día con la desconfianza a cuestas nos pesa, nos limita y nos hace ariscos. La confianza nos abre puertas, nos descubre personas y situaciones nuevas, nos alegra y nos llena de vida, porque la vida siempre está en las personas, en nosotros y en los que nos rodean. En un mundo como el nuestro, donde el mensaje cotidiano es desconfiar, yo apuesto por confiar incondicionalmente y a primera vista de todas las personas que me rodean. Y desde ahí vivir. Ya la vida nos irá dando encuentros y desencuentros…pero me parece mucho más saludable emocional y vitalmente apostar primero por la confianza que por la desconfianza. Porque si hiciéramos honesto balance de nuestras vidas, éstas están llenas, a borbotones, de experiencias enriquecedoras basadas en la confianza. Hoy es un buen día para preguntarnos ¿que elijo, confiar o desconfiar?. Buenos días, buenas tardes, buenas noches!

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