Artículo publicado en la sección Tribuna de Opinión de Heraldo de Aragón. Junio 2019
En el ámbito de la innovación, cambio de paradigma, es el movimiento conceptual que realizas para cambiar de manera radical el enfoque de un asunto. Se trata de cambiar el marco en el que suceden las cosas, para encontrar soluciones alternativas a las habituales. Ahora que ha terminado la batalla electoral, bronca, como casi siempre, o más que nunca, quizás realizar este ejercicio de cambio de paradigma pueda ser una buena solución para salir, de la que seguro se avecina, vuelta de tuerca de la bronca política.
Propongo un cambio de paradigma en el que, una vez dilucidado quien gobernará nuestras ciudades y comunidades autónomas, todos los esfuerzos de todos los partidos políticos se tornen hacia el bien común, no hacia el bien de los intereses del partido, sino del bien común, del servicio público. Y para ello, no dejo huérfanos a nuestros líderes, sino que les propongo que lean el viejo libro de William Ury y Roger Fisher “Obtenga el Sí” en el que, respaldados por los conocimientos de la Universidad de Harvard, ambos autores daban cuatro consejos claros para lograr el consenso y el bien común de las partes en conflicto, que en periodo electoral, somos todos.
En primer lugar nos proponen “separar las personas del problema”, es decir, discutamos sobre el bien común, sobre el fondo del asunto, no sobre si uno u otro es de una u otra manera en su vida personal o profesional. En segundo lugar, y muy importante, “centrarse en los intereses, no en las posiciones”. Para ello distingan la posición como el enroque, y el interés como aquello que subyace en ese enroque. Dos niños discuten por una única naranja, ahí su posición, los dos quieren la única naranja, pero uno quiere la pulpa y el otro quiere la cáscara, ahí sus intereses. El diálogo siempre ayuda a encontrar y descubrir los intereses. La bronca nos hunde en las posiciones. En tercer lugar, igualmente importante, “buscar soluciones de beneficio mutuo”, sabiendo que nadie, en un proceso de diálogo tiene derecho al 100% del reparto, y que la generosidad, y más en política alternante, es condición indispensable de diálogos duraderos. Finalmente, “establecer criterios objetivos para el seguimiento de la solución” porque es una condición de objetividad en la consecución del beneficio mutuo.
Además ambos autores nos proponen empezar a negociar siempre por los intereses comunes, porque eso nos permitirá generar una corriente positiva, continuar con los intereses complementarios, que son aquellos sobre los que seguramente en las posiciones hay desacuerdo, pero en los intereses hay soluciones de beneficio mutuo, y terminar por los intereses opuestos, sabiendo que estos requerirán de nosotros mayor paciencia y creatividad.
Si nuestros políticos aplicaran estos cuatro principios, y este orden de actuación sobre la negociación, seguramente la bronca dejaría de existir, el bien común saldría ganando, y la ciudadanía estaríamos más tranquilos y pacificados. Por que….se imaginan, y ahí está el cambio de paradigma, que nuestros políticos estos días dijeran “¿en qué podemos ayudar para que aquello en lo que estamos de acuerdo para nuestra ciudad o comunidad salga de forma inmediata, aquello en lo que tenemos dudas, lo hablemos cuanto antes para poder encontrar soluciones válidas y aplicarlas cuanto antes, y aquello sobre lo que discrepamos, lo cocinemos a fuego lento, para encontrar alguna solución que, sin necesidad de estar completamente de acuerdo, siente las bases de una intervención en el medio y largo plazo, que en alternancia política, podamos preservar y apreciar en el futuro?…
Pero me temo, despertemos, que más bien lo que nos encontraremos serán frases del estilo, “nos encontrarán en una oposición firme” “tenemos cordones sanitarios” “por ahí no pasaremos, por aquí no pasarán”…o similares….al fin y al cabo, esto sólo son apuntes para después de la batalla electoral.
Carlos Piñeyroa Sierra
Director de Conversaciones e Innovación abierta de Grupo Init. Free Lance en Innovación en Dirección de Personas