Artículo publicado en Heraldo de Aragón Julio 2019 en la sección Tribuna Abierta
Vivimos en un mundo en el que todo cambia. La tecnología transforma todo cuanto nos rodea, sociedad, trabajo, relaciones… Podemos afirmar con seguridad que ni somos capaces de predecir el cambio, ni siquiera de interpretar las claves para gestionarlo una vez reconocido. Es el tiempo de la incertidumbre, Es el tiempo del final de las certezas.
Y no solamente todo cambia, sino que cada vez lo hace más rápido. Es lo que se conoce como el principio de la Red Queen Race, o el principio de la carrera de la reina de corazones: cuanto más rápido cambian las cosas, más rápido tienes que moverte para estar en el mismo lugar. Y es que cuando uno evoluciona, evoluciona igualmente el resto de organismos del sistema, así como el propio sistema, el entorno. ¿y cómo podemos vencer esa Red Queen Race? Decía Darwin que «no son las especies más fuertes las que sobreviven, ni las más inteligentes, sino aquellas que son más sensibles al cambio«, Cuando el mundo está constantemente cambiando, la velocidad a la que tú puedas aprender es lo único que puede darte una ventaja sostenible en el largo plazo. Así pues, el aprendizaje, deviene como una ventaja competitiva de primer orden para abordar este entorno de incertidumbre permanente. Experimentar, aprender, adaptarse.
Pero si esto es así ¿en qué medida estamos transformando los propios modelos de aprendizaje para adaptarnos? Acostumbrados a transmitir certezas ¿cómo se forma en un mundo donde las certezas no existen, dónde la única certeza es el cambio?.
Si miramos el sistema educativo actual, advertimos nuevas formas de aprendizaje que revelan nuevas formas de entender el qué y el cómo del aprendizaje. Las inteligencias múltiples de Gardner, la gestión por proyectos, o la más reciente e innovadora LearnLife, movimiento europeo de aprendizaje basado en la configuración de itinerarios formativos individualizados donde el alumno decide qué, cómo y cuándo debe aprender.
Si acudimos al sistema universitario, además del revolucionario modelo finlandés de Team Akademia, que desarrolla un aprendizaje basado en learning by doing,aprender haciendo, llevado al límite tal que, los estudiantes constituyen su empresa real el primer día lectivo, con el fin de generar ingresos que les permita financiar su itinerario formativo por diferentes países del planeta. O el más reciente y revolucionario movimiento 42, adoptado en España por Telefónica 42, en el que no hay títulos académicos, sino que se aprende bajo las bases del peer to peer, el trabajo colaborativo, la gamificación, y la necesidad de dar respuestas a retos reales de empresas.
En el ámbito de la empresa una palabra, una realidad, ocupa todo el espacio: Lifelong learning: aprendemos en todo momento, formal e informalmente, consciente e inconscientemente y los canales de aprendizaje se multiplican. Algunas soluciones en marcha: a) soluciones digitales: bite size videoscon los que de un plumazo aprender a hacersin rodeos, aprendizaje inmersivo (realidad virtual, aumentada, hiperexperiencias,…) moocs, conocimiento de primer nivel accesible en todos los rincones del planeta… b) soluciones metodológicas:, aprendizaje colaborativo, donde las comunidades de aprendizaje y de práctica adquieren un protagonismo fundamental… c) soluciones de acreditación del conocimiento como el blockchain que en nada comenzará la certificación de competencias y conocimientos sin necesidad de título alguno que lo acredite.
Si de lo que han leído hasta aquí tienen la sensación de que se decantan certezas en los nuevos modelos de aprendizaje permítanme que lo someta a cuestionamiento… se habla ya de la capacidad del cerebro para aprender de manera permanente, de su plasticidad para adaptarse, pero esa plasticidad requerirá de algo tan novedoso como la capacidad para desaprender…¿podremos aprender indefinidamente? ¿Sabremos desaprender?…. Dudas, incertidumbres, que rodean al mayor factor de adaptabilidad al cambio: el aprendizaje.
Carlos Piñeyroa Sierra
Director de Conversaciones e Innovación abierta de Grupo Init. Free lance en Innovación en Dirección de Personas