Artículo publicado en Heraldo de Aragón sección de Opinión en Agosto 2023
Todo cambia, rápidamente, a veces percibimos el cambio, a veces lo intuimos, pero lo cierto es que nada permanece quieto, sino que todo evoluciona. Las elecciones del pasado 23 de Julio han sido la constatación de varios cambios. Algunos se percibían, otros nos sorprendieron, y otros sin duda están por llegar, aunque ya se estén fraguando.
Para mí el primero y principal es que ya no hay una narrativa de bipartidismo, sino de bloques. Y una vez más, ya lo he contado muchas veces en estas páginas, el diálogo torna en esencial para esta transformación. A nadie se le escapa que la imagen de PP y VOX a la greña no genera confianza absolutamente para nadie, ni para sus seguidores ni para sus detractores. Por el contrario, el PSOE y Sumar en las pocas ocasiones que han tenido oportunidad de mostrarse como un bloque, lo han hecho, alardeando, además, de una sintonía que era digna de admiración para sus seguidores y para sus detractores. Los resultados electorales han forzado además que el diálogo no tenga que ser únicamente entre los dos partidos principales de cada bloque sino más allá de ellos. Y si el PP se queda prácticamente sólo, el PSOE ha conseguido aunar un diálogo con prácticamente el resto de la totalidad del arco parlamentario.
El debate ahora se centra en los límites de ese diálogo, especialmente en dos sentidos. Por un lado el límite de con quien se puede o no se puede dialogar. Algunos no admiten la negociación con ERC, Junts, o Bildu. La denostación de los líderes de esos partidos, por su quebrantamiento de la ley en el pasado, o por su intención de seguir haciéndolo en el futuro, deviene como un elemento de controversia social. Y ahí, tengo para mí, que se correrá pronto un tupido velo de amnistía formal e informal, que seguramente una parte del pueblo español soportará como ya lo hizo con los indultos. No es este un país, que por mucho que parezca, no olvide de pronta manera los agravios cometidos contra su orden jurídico. Somos un país de recuerdo olvidadizo.
El segundo límite tiene que ver con la materia objeto de negociación. Sin embargo creo que el cambio no percibido aquí es que el PSOE, que hasta el momento se había mantenido como un partido constitucionalista en el marco del Estado de las Autonomías, ha tornado a su idea primigenia de la Transición, impulsada fundamentalmente por Jordi Solé Tura, del federalismo asimétrico, en el que España debía pasar a ser un estado federal en el que las comunidades denominadas “históricas” tuvieran un tratamiento diferencial. Y bien mirado, ese cambio entra dentro de la Constitución en la medida que inspiró su texto actual y cuya progresión futura pudiera estar basada en esa idea primigenia. Así pues el cambio del PSOE estaría inspirado, no en la traición a sí mismos, sino en la esencia de lo que siempre fueron y que simplemente dormía y ahora despierta.
Y de nuevo tengo para mí que el debate sobre estos límites no obedecerá tanto al cambio sociológico de España (las cifras de estas elecciones podrían mostrar todo lo contrario), sino que se debe a una necesidad de supervivencia: estos dos límites ponen de manifiesto que el leitmotiv de la gobernabilidad no serán las políticas económicas, sociales, …sino el acomodo de los nacionalismos en nuestra política.
Si miramos los números de la noche electoral, no se ha incrementado el voto nacionalista o separatista, sino que los números han otorgado a éstos una ventaja numérica de la que la gobernabilidad del país precisa. El PSOE recupera el federalismo asimétrico en diálogo con todas las fuerzas nacionalistas y separatistas, pero la pregunta es si el cambio es de fondo o por el contrario es de conveniencia, si su electorado lo entenderá, o por el contrario le costará digerir este giro. Sólo el propio PSOE lo sabe, pero lo que creo que tenemos que tener claro, es que si se activa, o si ya se ha activado este cambio, entramos en un proceso nuevo de bloques que marcará con rotundidad nuestro futuro: un concepto de España u otro. Cuanto antes entendamos esto, mejor, porque los bloques de aquí en adelante se marcarán sobre esta premisa, y parece claro que, por una u otra razón, el cambio ya se ha iniciado.
Carlos Piñeyroa Sierra
Director de Conversaciones e Innovación abierta de Grupo Init