Orgullo

Artículo publicado en Heraldo de Aragón sección Tribuna en Abril 2025

Decía Gregory Bateson, que lo primero y principal que define al ser humano, lo más profundo que hace que su motivación se active, es el sentido de pertenencia, ese del que el concepto orgullo se nutre tanto, y que ese sentido de pertenencia, a la familia, a tu equipo de fútbol, a tu país, a tu religión,… era capaz de lograr que el ser humano hiciera cualquier cosa una vez éste se activase. 

Hay momentos en los que a uno le sale la vena de lucir, de enseñar, aquello que es, aquello a lo que pertenece. Hay momentos además, en la vida, que el orgullo no surge de manera premeditada, sino por decantación, en contraste de aquello que emerge a tu alrededor y que o bien te gusta, y quieres potenciarlo, o bien te disgusta y quieres evidenciar la diferencia. 

Yo hoy siento orgullo de ser europeo, de formar parte de la Unión Europea. Y lo hago por decantación en contraste con las barrabasadas que veo en el orden internacional. 

Estoy orgulloso de formar parte de un continente que es la primera democracia del mundo, no sólo por el origen griego del modelo de representación política, sino también por ubicarse en su territorio el mayor número de auténticos sistemas democráticos del mundo. Estoy orgulloso de que los principales cargos institucionales de la Unión Europea sean mujeres, que denotan otra forma totalmente diferente de hacer política. Estoy orgulloso de lo que hemos alcanzado con nuestros Estados de Derecho y del Bienestar, con el desarrollo de políticas públicas que corrigen desigualdades, y que mitigan, en parte, o al menos lo intentan, los perniciosos efectos de un mercado libre; y con una carta de derechos fundamentales amplia, que a través de un sistema de separación de poderes los garantiza. 

Estoy orgulloso de que Europa no renuncie a un modelo de economía digital, verde e inclusiva. Que a pesar de la marejada en la que económicamente vivimos, no pierda el norte ni renuncie a hacer de la economía una herramienta a favor de la pervivencia del planeta y del ser humano, sin concesiones a dudas cortoplacistas basadas en una avaricia sin medida, que desconocen realmente las reglas, no sólo de una economía humana, sino de la capacidad del planeta en el que vivimos todos, para soportar la creciente explotación de recursos. Estoy orgulloso de una Europa que no renuncia a lo que entre todos nos hemos dado, los ODS, como guía de un camino que nos salvará a todos, y no hundirá a unos cuantos. 

Estoy orgulloso de una Europa que ha conseguido a través del esfuerzo colectivo posicionar su moneda como la segunda divisa del mundo, y que, considerado el mayor mercado de consumidores del mundo, es en este momento la tercera potencia mundial económicamente hablando. Estoy orgulloso de una Europa que se pregunta a cada instante, y legisla en consonancia, por cómo lograr una economía circular, respetuosa con el ser humano y con el planeta. Estoy orgulloso de una Europa que mira sin recelos al cambio climático, obviando discursos negacionistas, y afrontando con nitidez y generosidad el abordaje de este reto que es mundial y no sólo europeo. 

Estoy orgulloso de una Europa que, de origen cristiano, mantiene sus raíces en una cultura respetuosa con todas las creencias, de un cristianismo europeo que ha evolucionado en gran medida y que hace de la dimensión espiritual, tan buscada a nivel individual por tanta gente, un espacio para el encuentro más que para el conflicto. 

Sé que a cada una de estas aseveraciones de orgullo habrá razones para la vergüenza y la duda en muchos de mis conciudadanos, pero sinceramente creo que hoy, más que nunca, debemos unirnos en una aspiración mayor a nuestra dimensión local o nacional, debemos unirnos en una realidad que se empezó a dibujar hace siglos, y que hoy, de verbalizarla o no, depende en gran medida nuestra supervivencia, porque lo que no se comunica no existe. Así, que sí, yo soy europeo, me siento parte de Europa, con todo lo que esto conlleva. ¿y ustedes? ¿de qué se sienten parte?. 

Carlos Piñeyroa Sierra

Consultor en Economía con sentido. 

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