Artículo publicado en Heraldo de Aragón en la sección La Opinión en Junio 2025
Esto no va de valores, va de números. Desde hace mucho tiempo, pero ahora es más evidente que nunca. El presidente Sánchez no dimitirá nunca en tanto los números le cuadren. No importa que no lo hagan los valores. Si los números funcionan, él no se marchará, aunque haya que arrastrar los valores por el suelo. Lo ha hecho antes, lo hace ahora, y lo hará en el futuro.
Y los números, por ahora, le funcionan. Sumar no retirará su apoyo porque sus números son tan pequeños que sabe que no se verán en otra como esta para gobernar. Sus números cada vez más menguantes a la izquierda del PSOE les impiden alzar la voz y retirarse de un gobierno en el que saben, tardarán mucho tiempo en volver. Y me gustaría pensar que estiran la oportunidad por incidencia política, por crear impacto social, lo que evidenciaría que los valores están por delante, pero me temo, que la ausencia de exigencia y crítica interna, manifiesta más una preocupación matemática que espiritual.
Junts, ERC, PNV y Bildu estuvieron siempre por los números. A nadie se le escapa que económica y socialmente Junts y PNV tienen poco que ver con el PSOE. ERC y Junts ya convirtieron sus números en amnistía, y siguen convirtiéndolos en más números a cada nueva muestra de debilidad del gobierno (y ya van unas cuantas en esta corta legislatura). Y Bildu, ay, Bildu, es de los pocos que han logrado que los números se conviertan en valores, blanqueando su apoyo al terrorismo durante años, a cambio del apoyo al gobierno socialista. Conversión, blanqueamiento de números, elijan ustedes cuales, a cambio de una nueva narrativa que nos obligue a colorear un pasado negro, en un presente y futuro rosa para ellos.
Números, no valores. Porque, cómo sino se explica que un presidente de Gobierno que llegó para erradicar la corrupción haya terminado con sus dos secretarios de organización bajo la sospecha, casi certeza, de la misma corrupción que debía combatir. Sólo por ese oxímoron, a usted, a mí, nos resultaría suficiente causa para marchar. Pero nuestro presidente no marcha, se queda, y lo hace sin ningún rubor. Porque esto no va de valores, va de números, y los números salen.
Salen tanto, que ni siquiera el jefe de la oposición se atreve a plantear una moción de censura, porque dice, no tiene números. Pero olvida que, igual que hizo Sánchez, que a priori tampoco tenía números, venció al anterior presidente por el arrojo y la audacia de intentarlo. Y así el jefe de la oposición se traga el mismo sapo que los españoles nos tragamos con el actual presidente: que no importan los valores, importan los números.
Y ¿saben lo peor?, pues que la ciudadanía también estamos en los números. Ya no nos asusta ni nos conmueve las veces que nuestros políticos nos han mentido y nos mienten a la cara, ya no nos movilizamos aun cuando sepamos por enésima vez que nuestros ideales de sociedad se intercambian por sumas y restas de intereses espurios, ya nos da igual las veces que nos roben, se rían de nosotros, o simplemente que no nos representen.
Y es que en la era del algoritmo, parece ser que lo único que importan ya son los números, y en esas andamos, en la ignorancia de los valores, valores que se escapan, como arena entre las manos. Que Dios nos pille confesados.
Carlos Piñeyroa Sierra
Consultor en Economía con sentido