Reconozco que me gusta mucho más el tiempo de Adviento que el de la Navidad…seguramente porque el tiempo de la Esperanza, el tiempo de la Espera es un tiempo para la inocencia y para la sorpresa, y que la Navidad es promesa cumplida, es confirmación de una Verdad, …con menor lugar a la improvisación…quizás porque los años, ya 43, me confirman esa Presencia indiscutible en mi vida…pero allá van los deseos, en forma de Adviento cumplido, para esta Navidad y este año que ya comienza…
Sigo esperando encontrar en cada una de las personas que Dios pone en mi vida la riqueza de la diversidad, sigo esperando sorprenderme de que en cada uno de nosotros/as existe algo por descubrir, diferente a como yo soy, y que más que amenazarme me complementa. No es fácil, porque los egos andan subidos y al alza en la sociedad en la que vivimos, pero lo intento, con la esperanza de encontrar en cada persona con la que convivo, esa parte vuestra que a mí me falta y me complementa.
Sigo esperando que la vida triunfe por encima de la libertad, porque lo primero es la vida y luego todos los derechos y obligaciones, sigo esperando que la vida se respete cualquiera que sea la procedencia y que desaparezcan las infames cuchillas de las vallas de la vergüenza, sigo esperando que algo ocurra en todos y cada uno de nosotros/as para que aberraciones como la cadena perpetua revisable no se apruebe en nuestro Parlamento, sigo esperando que en tiempos de incertidumbre no acumulemos para el futuro porque hay mucha gente que no tiene presente, y especialmente sigo esperando que las ongs demuestren esta comunidad de bienes en un gesto solidario y ciudadano entre ellas, en medio del desmantelamiento del tejido social, más que intentar golpear primero, más veces, y más fuerte, para acumular, atemorizadas ante un futuro incierto… porque la cuestión es que, para muchas de ellas, ese futuro ya no existirá, ya no existe, y todas se han complementado en su labor social de esas que ahora desaparecen mientras las arcas de las que sobreviven siguen llenas.
Sigo esperando que tengamos una educación para todos/as de calidad y que los enormes recursos que se invierten den como resultado algo más que los últimos lugares en el informe Pisa, sigo esperando que todo ser humano tenga derecho a un servicio universal de sanidad pública, sigo esperando que un guarda jurado no pueda detenerme en la calle por expresar mis opiniones, individual o colectivamente, sigo esperando ver un telediario y no encontrarme con ninguna de las caras que sigo viendo en puestos de poder desde que tengo uso de razón, sigo esperando que como ciudadanía no volvamos a votar lo mismo, y a los mismos, sigo esperando alternativas, porque sé que las hay,…
Sigo esperando que estés ahí, porque soy hombre social, y te necesito a mi lado. Sigo esperando contar con mi familia, mi madre, mis hermanos y hermana, cuñadas y cuñado, sobrinas y sobrinos, amigos y amigas, compañeros/as de trabajo,… te sigo esperando a ti, que tan especial eres en mi vida. Y sí, sigo esperando oír las llaves de la puerta de casa de mis padres y oír los pasos de mi padre entrando, y sigo esperando hoy más que nunca la llamada de Mariajesús como todas las Navidades,… pero como sé que eso no ocurrirá sigo esperando y soñando la manera en la que ocurrirá algún día en mi mejor sueño allá en ese cielo. Sigo esperando que la Vida sea aprendizaje y que cuando vuelva a iniciar el Adviento del 2014 siga esperando colmar el corazón como lo tengo ahora. Sigo esperando…